Un plan de marketing estratégico sin coherencia solo logrará dirigirte hacia una dirección: EL FRACASO. No pierdas el rumbo y descubre cómo en 5 pasos puedes conseguir ser coherente en todas las estrategias y acciones de marketing.
1. Primer paso: definir la propuesta de valor
Es fundamental que el primer paso sea definir la propuesta de valor, el aporte que hace una marca o una empresa a un cliente para que se decida por ella. También puede interpretarse como la acción de satisfacer una necesidad.
La propuesta de valor puede sintetizarse en una frase, pero no por ello tiene que centrarse en una cuestión. Pueden ser varios los elementos diferenciadores, relevantes para los segmentos de clientes a los que se dirige la marca.
Una buena propuesta de valor se puede trabajar no solo a nivel empresarial, también como marca, producto o servicio, ya que todo resuelven una necesidad de los clientes.
A modo de resumen, una propuesta de valor tiene que recoger los siguientes apartados:
- Destacar los puntos que diferencian de la competencia.
- Ofrecer una solución a las necesidades de los clientes.
- Destacar los puntos fuertes de la empresa.
- Mostrar profesionalidad, seguridad y confianza para ser la opción óptima.
Método CANVAS
El modelo Canvas permite organizar de manera lógica la operativa en la que las empresas crean valor, lo ponen a disposición de sus clientes y cómo obtienen por ello unos rendimientos del valor aportado. Otra ventaja es que todas estas fortalezas y debilidades son reflejadas en una sola hoja (lienzo) de manera muy visual para tener una imagen del conjunto.
Es una herramienta muy fácil de usar, con unos conceptos fácilmente entendibles, muy flexible y adaptable; aunque sin perder la sistemática y rigor necesarios. Así lo convierte en una metodología válida para cualquier tipo de empresa, independientemente de la fase de madurez en la que se encuentre o del sector de actividad.
Cuestiónate siempre
La propuesta de valor no es algo estático, por definición es algo que evoluciona con el paso del tiempo y el cambio de los servicios, productos o fruto de un nuevo plan estratégico. Además, por la propia salud empresarial, cada cierto tiempo es recomendable marcar en el calendario una revisión de la propuesta de valor y analizar si se está comunicando bien. No tengas miedo, siempre hay tiempo para reformularla.
2. Segundo paso: marcar el tono de comunicación
Encontrar la voz de una marca es indispensable para cualquier estrategia de marketing. El tono comunicacional de una marca implica una gran variedad de aspectos, entre los que se encuentran su personalidad, el lenguaje que se utiliza o incluso las imágenes que muestra.
Conoce a tu público
Para definir un tono de comunicación es condición sine qua non analizar los diferentes segmentos de público objetivo. Para hacer una segmentación efectiva, puedes hacerte preguntas o constataciones:
- ¿Quiénes serían mis clientes más importantes?
- ¿Qué saben esos segmentos sobre mis productos?
- ¿Qué puntos fuertes tiene mi empresa?
- Mostrar profesionalidad, seguridad y confianza para ser la opción óptima.
Elabora Buyer Personas
Buyer Persona es la representación ficticia de tu cliente ideal. Está basada en datos reales sobre el comportamiento y las características demográficas de tus clientes, así como en una creación de sus historias personales, motivaciones, objetivos, retos y preocupaciones.
¿Cómo quieres que te vean?
Seguro que quieres que tu target te vea como la empresa ideal y como su marca de referencia. No obstante, definir cómo quieres que te vean no es tarea fácil ya que va a depender de quién es tu target y de cómo quieres interactuar con ellos. ¿Familiar y cercano? ¿Cordial y profesional? Decide de quiénes te quieres diferenciar y a quiénes quieres parecerte. Esto es fundamental para que logres el posicionamiento adecuado. Recuerda que el cliente te recuerda por las sensaciones o experiencias que le ofreces, no solo por el producto o servicio que vendes.
3. Tercer paso: analiza y establece tus canales de comunicación
No quieras estar donde no está tu público
¡Cuidado! No porque sea haya un canal más popular significa que ese vaya a ser el mejor para conectar con tu público. No gastes fuerzas en balde intentando establecer relaciones con tu público a través de canales donde no se encuentran. Reserva esos esfuerzos en hacer una investigación exhaustiva a tu público objetivo para llegar a descubrir no solo qué plataformas usan para comunicarse, sino también por dónde quieren que se comuniquen con ellos. Conocer estos datos te ahorrará tiempo y dinero, y además, darán a tu marca la imagen de ser más auténticos y cercanos, sin ser intrusivos.
Jerarquiza la importancia de esos canales
Dentro del listado de canales elegidos para la comunicación, se debe establecer una clasificación jerárquica, organizada por nivel de importancia. De este modo se podrán concentrar las acciones comunicativas en aquellos canales que mejor rendimiento muestren, teniendo otros secundarios que pueden ser usados para mensajes más concretos o como soporte adicional.
4. Cuarto paso: definir una línea editorial
Conoce los intereses de tu target
No importa el nombre con el que se le conozca: nicho de mercado, problema mercatorial, preocupación del consumidor… Lo importante es plantearse: ¿qué quiero solucionar? Es necesario saber qué es lo que le preocupa al target, qué perciben como un problema, y qué necesitan para solucionarlo. Solo se podrán crear acciones para cumplir con sus requisitos. Eso sí, no des nada por hecho ya que sus intereses son temporales y muy variable según los cambios en el mercado y en su entorno social; lo que les preocupa hoy puede dejar de hacerlo mañana; llevar a cabo un social listening de manera habitual es una buena forma de mantenerse al día con sus intereses.
Establece qué quieres contar sobre tu marca
En este paso es cuando todo lo que has analizado previamente, tanto sobre el target como sobre tu marca, se pone en conjunto para definir una linea editorial. Esta garantiza una coherencia en el contenido, transmitiendo una única idea que fortalecerá la imagen y el reconocimiento de marca. Aquí es donde entra en juego el storytelling de marca, que responderá a nuestra propuesta de valor de forma tanto escrita como visual. Ojo, también muy importante marcar unas pautas de lo que NO quieres contar, evitando así posibles incoherencias. Todos estas ‘normas’ se recopilan en el Manual de Estilo (y de marca), para ayudar a todos los miembros de la empresa a seguir una coherencia comunicativa.
5. Quinto paso: realizar una estrategia de contenido
Calendariza
Uno de los factores que lleva al fracaso a algunas campañas es la falta de previsión y de organización. Queremos contar mucho pero no sabemos cómo contarlo. Por eso, contar con un calendario estratégico que organice las acciones y el contenido, podría solucionar este aspecto. Podrás crear contenido estratégico con una visión a largo plazo. Además, con un calendario de contenidos podrás programar publicaciones, ahorrándote tiempo que puedes invertir en otras tareas.
Establece responsabilidades
- ¿Quién hace qué?
- ¿Cuándo hacer qué?
- ¿Quién informa a quiénes?
Es fundamental preparar listado de responsabilidades de todas las actividades necesarias para la producción de cualquier resultado. Estas deben incluir todos los pasos necesarios, desde la creación de un mensaje, a su producción, su publicación y su medición. Cada uno de estos pasos debe estar asignado a uno o varios responsables, estableciendo también una fecha de realización, y un protocolo general de cómo y a quién se debe informar.
Define los KPIs que realmente importan
En un mundo lleno de datos, es fácil querer medir y monitorizar demasiado, dejándose llevar por datos innecesarios. Empezar con un número reducido de KPIs no solo hará el proceso de implementación más fácil, sino que ayudará a los responsables de dicha medición y a toda la empresa a centrarse en los objetivos establecidos. Recuerda que unos KPIs sin objetivos claros y relevantes se convierten en simples datos a los que apenas se les puede sacar partido. Por eso, se deben de establecer objetivos numéricos exactos a corto y largo plazo, que sean relevantes a nuestros objetivos. Como norma general, se recomienda establecer un máximo de dos KPIS por cada objetivo marcado.
Conclusión
Si algo debe quedar claro es que la coherencia es el ingrediente principal e imprescindible para poder crear acciones alineadas a nuestra marca y así poder disfrutar de los resultados deseados. No te arriesgues a transmitir mensajes contradictorios o confusos, de crear falsas expectativas o en el peor de los casos, de perder la confianza y el respeto de tus clientes.