Al leer el título es posible que te hayas sorprendido, es normal, resulta un poco alarmista decir de entrada que tu web no es rentable. Pero, ¿has echado cuentas si el coste que te supuso lanzarla y lo que te supone mantenerla está cubierto? En todo el Estado hay más de 1.300.000 Pymes como la tuya que cada día se baten en el barro por los clientes. ¿Está tu web preparada para esa lucha?
Por estadística y por cómo se suelen hacer las cosas en este país, podemos aventurarnos a decir que de las webs publicadas, 1/5 parte tienen tecnologías desfasadas; 1/5 parte no tiene en cuenta el posicionamiento; otro 1/5 no dota a la web de contenido y otro 1/5 son sencillamente feas.
Quizás ahora no sea tan descabellado decir que tu web no es rentable. Los siguientes puntos que tratamos son seguramente aquellos en los que más se falla y se peca. Algunos de ellos ya los hemos mencionamos otras veces, como aquellos que aparecen en 5 consejos para un diseño web eficiente.
De primero de primaria
Los típicos fallos que se ven por todas las webs (y que seguramente tú también tengas):
No haces llamadas a la acción, tus botones no funcionan, no tienes un formulario de contacto con CAPTCHA, tus enlaces internos o externos están caídos, las imágenes no cargan, escribes tu email con la «@», no tienes vinculados tus perfiles sociales y un largo etcétera.
Es posible que estés pensado: ¿Quién va a cometer estos errores? Pues te sorprendería la de casos que hemos visto. Y quizás tú no seas consciente de aquellas cosas que son básicas y de las que careces.
¡Sos un desubicado pibe!
Hay agencias y profesionales que a este punto lo denominan «usabilidad«, pero a nosotros no nos gusta ese neologismo, porque creemos que es más exacto usar adecuación. Se trata de que tu web responda a las necesidades de tus usuarios.
Pero no solamente que contenga esas necesidades como un mero directorio, además tiene que dar respuesta a posibles dudas y que no se queden en un formato anticuado o inútil.
«Datos» no es un guerrero griego
Después de los ríos de tinta que han corrido a causa del Big Data, de la inteligencia de los datos, todavía hay Pymes que no controlan sus métricas. Esto es todavía más sangrante en aquellas empresas que venden por internet.
Los datos sirven no son sólo para saber quién y desde dónde entra a tu página. También para conocer cómo navegan, qué preferencias tienen, qué obstáculos se encuentran y mucho más. Y claro, todo eso también sirve para colocar los productos según su demanda, y establecer mejor los precios.
No mates tan pronto al cliente
La vida del cliente no termina con la compra. Es un recorrido que puede ser interesante mantener por ambas partes. Las páginas web permiten que haya un seguimiento posterior y que el contacto no se pierda.
Hay que dejar de lado esa idea de web como cajero y pensar más en un lugar donde cuidar las relaciones comerciales. El servicio post venta es esencial y la plataforma web puede ser la herramienta fundamental que está buscando para llevarla a cabo.
Ojo al móvil
También hemos repetido en varias ocasiones que el móvil supera a los ordenadores en accesos a la web. ¿Sabes a ciencia cierta que tu web se ve bien en los dispositivos móviles y tablets? Una nula adaptación o un mal funcionamiento responsive pueden suponer la pérdida de clientes, por consecuente la pérdida de ingresos y en definitiva… que tu web no sea rentable.
Con Google hasta que la muerte os separe
No Google no party. Ya lo hemos comentado en más de una ocasión: si Google no te ve, tus clientes tampoco. Las estadísticas dicen que el 70% del tráfico de las webs llega desde los buscadores y la gran mayoría de los clics se consiguen con los primeros resultados de las búsquedas.
Google puede ser un buen aliado, pero hay que seguir las normas que dicta. Hay unas reglas básicas que todas las webs deben cumplir, como por ejemplo, la «exigencia» del cifrado SSL (https).
No despaches, comunica
Este es uno de los aspectos menos trabajado en las empresas a nivel general (tanto online como offline). Las páginas web deben de ser no solo un expositor de servicios o productos, también un lugar de comunicación con el cliente.
Responder a sus dudas es un servicio añadido que consideran positivo muchos usuarios, pero también puede suponer el valor diferencial respecto a la competencia.
Esperamos que estos consejos os hayan servido para iluminaros en cuanto a una página web rentable se refiere. Si queréis una opinión más precisa de vuestra página o creéis que todavía tiene mucho margen de mejora, no dudéis en poneros en contacto con nosotros. Estaremos encantados de conoceros.