El trabajo de naming, o lo que viene a ser la elección de un nombre para una marca o un producto, no es tan fácil como lo parece a priori.
A la hora de elegir un buen nombre hay ciertos aspectos a tener en cuenta:
- De algún modo tiene que representar los valores de la marca o aportar información sobre el producto.
- Hoy en día en el que tenemos miles de impactos, el nombre tiene que ser fácil de leer, pronunciar y recordar.
- Evidentemente, que sea original.
- Para añadir más dificultad al asunto, en un contexto internacional y global, el nombre tiene que ser «neutro» para los diferentes idiomas mayoritarios.
Nosotros que trabajamos en el sector podemos dar fe de la complejidad de cumplir estos apartados. Quizás la elección del nombre no se valore tanto como un logo bonito o una ilustración atractiva, pero el trabajo de naming es sin duda alguna uno de los más importantes.
No obstante, parece ser que esto no es así para todo el mundo. Aquí os dejamos una galería con las peores elecciones de nombres que hemos encontrado.
A alguna de las marcas parece incluso que le funciona bien la estrategia, como a Chilly. ¿Alguien puede decirnos porqué querría nadie tener Chilly en su zona íntima?