El minimalismo es una corriente del arte contemporáneo que ha influido enormemente el diseño gráfico. Lo ha hecho desde su predecesor el Bauhaus, que buscaba definir la modernidad, hasta el actual Flat Design de las formas geométricas simples y las tipografías sin serifa.
Fue Richard Wollheim quien acuñó el término y lo relacionó con el arte. Teórico de la filosofía analítica, en 1965 escribió el ensayo «Minimal Art». No solamente puso nombre al estilo monocromático de pintores como Yves Klein, también desarrolló un nuevo vocabulario y una percepción del arte viéndolo «desde el interior» y comprendiendo el contexto en el que se produce la obra.
El movimiento Bauhaus tenía por regla el funcionalismo y la puesta en valor del material. Uno de sus principales promotores, el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe teorizó los principios que todavía resuenan hoy entre los diseñadores, como «menos es más» o «dios está en los detalles«. El Bauhaus inspiró por lo tanto el minimalismo que crea un vocabulario inmediato para transmitir un mensaje de la manera más densa posible.
Las tendencias actuales en el diseño gráfico amalgaman preceptos de un movimiento que enarbolaba la creación de formas que revelan la funcionalidad del objeto, con una economía visual gratuita que ciertamente, empobrece la creación.
En el diseño gráfico, como en otras ramas del diseño, el minimalismo bien utilizado no significa necesariamente visualmente mínimo.
Todo se basa en identificar un minimalismo funcional. Los elementos esenciales deben de aparecer, sin excepción, y además deben de ser portadores de sentido y exprimirlo de manera clara.
El estilo elegido para condensar la singularidad de una marca, de su carácter, de su historia y de sus valores puede variar en una infinidad de formas, proporciones y colores, pero si el resultado final es funcionalmente mínimo, si es solamente sentido y gesticulación no decorativa es cuando el diseño será impermeable al tiempo.
¿Cómo se aplica en nuestra forma de trabajar?
Recordemos que es la transmisión del mensaje del cliente el motivo por el cual diseñamos. Muchos compañeros de gremio se distraen de su objetivo con acrobacias gráficas que están orientadas a cuadrar su portfolio más que a satisfacer las necesidades de sus mecenas.
En Sirope apoyamos lo que nosotros mismos denominamos «sostenibilidad visual«. Representar las funcionalidades más racionales y las emociones más evocadoras con la mínima carga visual.
Nuestra forma de trabajar consiste en encontrar el tratamiento más transparente posible, evitando el ruido y las pirotecnias gratuitas. Si la imagen llama únicamente la atención por el diseño y no por el mensaje, es que en algo hemos fallado.