Las pequeñas y medianas empresas parten con la desventaja de tener unos recursos limitados. No obstante, su tamaño también permite una flexibilidad mayor que la de compañías con un volumen de personal y negocio más grande.
Esa flexibilidad se puede apreciar en la construcción de la marca, pues es más fácil orientarla, posicionarla y hacer que sus miembros se sientan representados ella.
Decimos construcción, que no creación, por que se trata de una tarea a medio y largo plazo, sostenida en el tiempo y que no solamente afecta al nombre o a la imagen. Es una propuesta de valor la que se erige.
Analiza quién eres
En primer lugar hay que tener clara la «personalidad» de la empresa. Personificarla puede ser una buena manera de abordar este trabajo. Quién quiere ser, qué quiere comunicar y a quiénes pretende dirigirse son preguntas obligadas.
Eso ayudará a perfilar no solo la estrategia de comunicación, sino también la identidad sobre la que se forjarán los valores corporativos de la empresa.
Diferénciate
Si tu empresa ya está en el mercado, seguramente seas consciente de que se trata de un mundo en el que destacas o te comen.
Si todavía no has puesto en marcha tu proyecto y crees que tu idea es original y que nadie más la ha tenido, te equivocas. Eso o tu idea es muy mala.
Por ello intenta diferenciar tu marca de las otras. Cualquier empresa de cualquier sector puede llegar a tener una imagen propia, cuidada y coherente.
Al fin y al cabo, la imagen corporativa es única y se expresa de varias formas a través de la comunicación, de la imagen visual o del servicio que presta.
No te compliques
Tener una visión interna de la empresa puede implicar que se haya pasado mucho tiempo reflexionando sobre la identidad y ahora se acumulen las cosas a comunicar.
Pero un exceso de información nunca es bueno. Hay que intentar dejar de lado esas mil ideas que pueden distorsionar la imagen de la marca. Es mejor centrarse en un solo concepto, que llenarlo todo de elementos confusos.
Ejemplo de logo con exceso de información que tratamos en este artículo.
Genera contenido (de calidad)
Las empresas tienen mucho que decir, y más cuando son expertas en un área. Se trata de saber en qué son fuertes, conocer las necesidades e intereses del cliente y poder así aportarles lo que necesitan. Pero el marketing de contenidos también tiene una clara aportación positiva al posicionamiento.
Además, tanto si las empresas deciden crear su propio contenido como si se deciden por externalizar la tarea, se trata de una opción económica, ideal para presupuestos más ajustados.
No es un gasto, es una inversión
Es un tremendo error (más habitual de lo que parece) no querer gastarse un duro en la imagen de la empresa. A día de hoy todavía algunos piensan que la imagen de la empresa es un gasto. Se suele oír dentro de este mundillo cosas tales como: «le voy a pedir a mi sobrino que me haga el logo» o «un colega me hace la web tirada de precio».
No solo se recupera mañana el dinero que se invierte hoy en branding, sino que generará más ingresos y un margen mayor de beneficios.
Además, construirá reputación y marca. Esos intangibles que es difícil calcular monetariamente, pero que son sin duda los que aportan valor a una empresa. ¿O crees que cuando dicen que Apple está valorada en 82.000 millones es por lo que vende o el inmobiliario que pueda tener?
Déjate asesorar
Es evidente que nadie conoce mejor una empresa que el que está dentro, pero también es verdad que los que saben sobre marcas son los profesionales que se dedican a ello.
Por eso hay que acudir a una agencia como Sirope para construir la identidad de una marca o empresa. Porque casi todos sabemos hacer alguna chapucilla eléctrica, ¿pero a que ninguno cambiaríamos toda la instalación de nuestra casa?
Usa las redes sociales
Hay a quién le da vergüenza usarlas. Otros están en contra de ellas como individuos o usuarios. No obstante, no dejan de ser plataformas en las que se encuentra parte del mercado y del público objetivo.
Incluso para las empresas B2B son una opción interesante. Permiten aumentar el conocimiento de marca y fidelizar. Porque detrás de la B no hay que olvidar que están siempre las P.
Pero no todo vale en las redes, las empresas deben adaptarse al público al que se dirigen. Además, no hay que confundir el uso de la página corporativa con el de la cuenta personal (es sorprende el número de veces que se da).
Conclusión:
Estos consejos de branding para PYMES son solamente unas guías elementales que tienen que ser tenidas en cuenta por parte de los responsables de las empresas.
Pero saber aplicarlas, y aplicarlas bien, no corresponde solamente a las compañías (que bastante tienen con lo suyo), de eso se tiene que encargar una Agencia de Branding.