La gráfica apuesta por una tipografía recuerda a usadas tradicionalmente en el transporte ferroviario, con trazos limpios y contundentes, como los raíles de una vía.
El naranja que habla de una era industrial y del trabajo a golpe de metal.
También del óxido. En los raíles y herramientas con las que trabajaron aquellos hombres, y también en la piel de los trabajadores, curtida, expuesta a la intemperie y a la sal de Urdaibai.
Las fotografías, a su vez, transmiten esa fuerza industrial a través de la veladura que hace que los negros tengan un punto de oxidación.