Ser una persona creativa está muy bien. Mostrar que realmente lo eres, todavía mejor. Por eso, el portfolio de proyectos es el currículum del creativo y del artista. Se trata de una vitrina personal que nos va a definir como profesionales y que va a permitirnos generar nuevos contactos laborales. El portfolio debe ser, por lo tanto, un muestrario que represente nuestro universo artístico, a la vez que una herramienta comercial.
1. Poned al frente del portfolio vuestros mejores trabajos
Es un hecho, algunos de vuestros trabajos son mejores que otros. Por eso es importante priorizar. Además, entre la multitud de trabajos que habéis realizado a lo largo del tiempo, alguno puede resultar menos atractivo para el público en general, por lo que no merece ocupar las primeras filas.
Hay que saber hacer una prueba de abnegación y escoger por lo tanto entre vuestras mejores obras. Debéis priorizar aquellas que generarán ganas a los visitantes de ponerse en contacto con vosotros. No lo olvidéis jamás, la calidad antes que la cantidad.
2. Priorizar plataformas como Behance
Crear vuestro propio portfolio en vuestra página web partiendo de cero está bien. Lo ideal es hacerlo de tal manera que sea a vuestra imagen y semejanza y que además represente vuestro estilo gráfico. A pesar de esa personalidad que otorga una web propia, hay que tener en cuenta plataformas «sociales-laborales» como Behance.
Se trata de la referencia en cuanto a portfolios, da igual de qué universo artístico estemos hablando. Los contenidos están perfectamente referenciados y la página se ha posicionado como un claro líder en la materia. Si queréis que vuestro trabajo sea visto y valorado, no podéis pasar por alto esta plataforma. Nosotros, evidentemente, también contamos con nuestros proyectos en Behance.
3. Destacar vuestra especialidad artística
Le dais a la vez al diseño web, al packaging, al branding, al motion design y a la ilustración más clásica. Eso está muy bien, nosotros hacemos lo mismo. Pero la gente tiene la necesidad de relacionaros con una especialidad en particular. En nuestro caso, destacamos el branding.
Tomaros el tiempo de conocer vuestra especialidad, vuestra singularidad. Acto seguido, ponedlo al frente de manera explícita, en vuestro portfolio. Especializarse es el mejor medio para obtener una imagen de experto en un campo determinado.
4. Citar los reconocimientos a vuestro trabajo
Sois unos excelentes artistas y seguramente vuestro trabajo ha generado reconocimiento por parte de clientes y de colegas del sector. No seáis modestos y destacad esos piropos.
No se trata de arrogancia, se trata simplemente de mostrar al público y a posibles clientes hasta qué punto vuestras competencias son reconocidas.
5. No os olvidéis de los proyectos personales
Es muy probable que hayáis creado alguna vez una campaña ficticia para… Apple, por ejemplo. Pero no os atrevéis a publicarla. No lo dudéis, hacedla visible e incluso priorizadla a otras creaciones que se identifiquen menos con vuestro trabajo.
Cuando uno trabaja para sí mismo sobre una marca o producto generalmente le pone más pasión y se siente más inspirado. Estos trabajos suelen ser además de buena calidad, por lo que no lo dudéis y mostrad vuestro lado más creativo.
6. Actualizar el portfolio regularmente
Salvando las distancias, un portfolio no deja de ser una suerte de blog. Si no se actualiza regularmente, los visitantes y potenciales clientes van a pensar que ya no estáis en activo.
Estableced fechas y objetivos para conservar esa rigor que os permitirá fidelizar seguidores de vuestro trabajo. Si los verdaderos proyectos para clientes escasean, durante un tiempo nada os impide, como hemos evocado arriba, subir proyectos personales.
7. Hacer uso de las plataformas responsive
Vuestro portfolio debe de estar disponible bajo cualquier circunstancia. Si no lleváis vuestro portátil encima y tenéis la necesidad de enseñar vuestras obras, estáis metidos en un lío.
Tened todo esto en cuenta a la hora de crear el portfolio en vuestra página web, así como a la hora de elegir las plataformas responsive (adaptadas a las pantallas de los diferentes dispositivos) para no perder posibles clientes.
Ah, y pensad también en una situación en la que no dispongáis de conexión para mostrar vuestro trabajo. Hay aplicaciones móviles, como la de Behance, que permiten activar una opción offline para estos casos.
8. Utilizar los llamados «case studies»
Hacer creaciones bonitas, está bien. Mostrar que son eficaces, todavía mejor. ¿Habéis realizado campañas de las que conocéis los datos? ¿Son además buenos?
No hace falta decir nada más. Simplemente, mostradlo, como hacemos en Sirope con este caso de éxito propio en imagen.
9. No olvidéis añadir la información de contacto
El portfolio no es simplemente un bonito escaparate para exponer vuestras creaciones. No nos vamos a engañar, es sobre todo la ocasión de conseguir nuevas oportunidades profesionales.
No obviéis las diferentes métodos de contacto: teléfono, email, redes sociales, otros portfolios… Pensad en tener todo conectado para permitir que los visitantes se hagan una idea de vosotros y de vuestra forma de trabajar. Puede parecer algo evidente, pero muchos creativos olvidan mencionar estos datos en sus portfolios.
A nosotros nos podéis contactar a través de nuestra web, Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram, Domestika, el mencionado Behance y Google+. ¡Pobre del que tenga que mantener todas las cuentas!